Garbanzos |
En una dieta saludable no pueden faltar los garbanzos, que nos aportan múltiples beneficios para el corazón, órganos internos y circulación. Un buen plato de esta legumbre puede ayudarnos, entre otras cosas, a controlar nuestro colesterol.
Los garbanzos son alimentos muy calóricos (con más de un 60% de hidratos de carbono), ricos en proteínas vegetales y con un alto contenido en grasas (comparados con otras legumbres), lo que los convierte en un alimento muy energético, indicado para recuperar fuerzas en personas con un gran desgaste; recomendados en casos de anemia, combaten los estados de fatiga física y mental, siendo un aliado contra el estrés y estados nerviosos o depresivos leves.
Si bien es cierto que esto mismo hace que tengamos que controlar su ingesta si llevamos una dieta de control de peso, no quiere decir que los debamos excluir de nuestra alimentación; los hidratos de carbono de los garbanzos son de absorción lenta, por lo que no provocan picos de azúcar y los hace muy saciantes, y pueden ayudarnos a alejar la sensación de hambre entre comidas (siempre consumidos de forma racional). En caso de tener diabetes, resultan muy beneficiosos.
Los garbanzos juegan un papel muy importante en la protección y defensa del corazón y sistema circulatorio frente a enfermedades coronarias y de las arterias debido a la elevada cantidad de lecitina y acidos grasos esenciales (destacando el Omega 6) que contienen.
La lecitina permite emulsionar las grasas del organismo con agua favoreciendo su expulsión, resultando un gran aliado contra el colesterol, y a partir de la lecitina se forma la colina (perteneciente a las vitaminas del grupo B), que ayuda a luchar al hígado contra las toxinas, y así prevenir y tratar enfermedades como la cirrosis, hepatitis o cáncer de hígado.
Además hay que tener en cuenta la elevada proporción de fibras solubles de los garbanzos, que contribuyen a mejorar la circulación al absorber el colesterol antes de que sea a su vez absorbido por los capilares del intestino.
Dichas fibras solubles (junto a otras fibras) también nos ayudan a prevenir el estreñimiento con su efecto diurético, y unido a que los garbanzos son una de las legumbres más digestivas, producen muy pocas flatulencias, de modo que cuidan nuestro sistema digestivo.
El ácido fólico en forma de folatos, y el Magnesio, son otros dos componentes abundantes en los garbanzos. El ácido fólico es muy importante en el embarazo y lactancia para prevenir malformaciones y problemas de desarrollo, pero además favorecen al correcto funcionamiento del sistema nervioso, y favorecen la circulación, tal como hace el Magnesio. Esto refuerza el papel de los garbanzos como protectores del corazón frente a los infartos, anginas y otras enfermedades coronarias.
Personas con hipertensión, anemia, estrés, diabetes, colesterol, problemas coronarios, mujeres embarazadas o en lactancia... los garbanzos son un alimento muy saludable y recomendable para todos, y como no puede ser de otra manera, en Tesanas queremos mostraros cómo preparar deliciosos platos de garbanzos reduciendo su carga calórica para introducirlos de forma habitual en nuestra dieta. Estate atento a nuestro blog y descubre las recetas ligeras de garbanzos que postearemos en breve.
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