Caprichos de fresas

Fresas con leche condensada

Las fresas son una delicia de temporada que debemos aprovechar mientras podamos. Su sabor ha conquistado el mundo entero, y se pueden consumir de mil formas distintas: al natural, con leche, azúcar, nata, en pastelería... todas deliciosas, y además con todo el poder antioxidante de ésta maravillosa fruta.

Hoy os proponemos varias formas de comer unas riquísimas fresas:

Necesitamos un cucurucho de helado, leche condensada y unas fresas lavadas y cortadas a lo largo. Llenamos el cucurucho con leche condensada y nos comemos las fresas untándolas en ella... y lo mejor al final; al acabar con las fresas, ¡nos comemos el cucurucho untado en leche condensada!

Una forma muy dulce de comer fresas que encanta a niños y mayores.

También puedes cortar las fresas en pequeños trozos y dejarlas macerar una noche en zumo de naranja o limón. Los sabores de ambas frutas contrastan y se complementan, y además sumamos las propiedades de las otras frutas. Añadir azúcar es opcional.

Fresas con yogur griego y sirope de chocolate

Como alternativa a las famosas fresas con nata, podemos sustituir la nata por yogur griego 0%, que nos aportará cremosidad sin tener materia grasa. Y el sabor ligeramente ácido del yogur encaja a la perfección con la fresa. Es una receta estupenda para los niños.

Y si somos chocolateros, ¿Por qué no probar las fresas con una fondue de chocolate, o bañadas en chocolate negro? Recordar, que el chocolate negro es el más puro y sano de todos, el que menos aditivos (mantecas y azúcar) contiene; no es el chocolate lo que engorda, sino todo lo que le añaden.

Por supuesto, podemos usar la fondue de chocolate con toda clase de frutas; manzanas, kiwis, naranjas, plátanos...

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